La crisis energética refuerza a corto plazo una transición energética de dos velocidades (informe)
Una mayor atención a la seguridad energética y los precios crecientes intensifican las diferencias entre Europa y el resto del mundo respecto a la descarbonización.
Se mantienen las tendencias a largo plazo en transición energética, con un rápido aumento de las renovables y un crecimiento de la electrificación que contrarrestan los impactos a corto plazo.
El crecimiento de una producción de electricidad cada vez más ecológica sigue siendo el motor de la transición, donde las renovables supondrán un 83 % de la producción eléctrica para 2050.
Un año después del aviso de código rojo sobre el clima del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, las emisiones siguen cerca de máximos históricos, encaminando al mundo a un calentamiento de 2,2 °C para finales de siglo.
Høvik (Noruega), 13 de octubre de 2022 – Según la sexta edición del informe Energy Transition Outlook de DNV, una mayor atención a la seguridad energética y los costes crecientes de la energía intensifican las diferencias entre Europa y el resto del mundo respecto a la descarbonización. Europa, que puede considerarse líder de la transición energética, redoblará la apuesta por las renovables y la eficiencia energética para aumentar su independencia energética. El consumo de gas europeo caerá drásticamente como consecuencia de la guerra de Ucrania. En comparación con la previsión del año pasado, DNV pronostica que el continente consumirá casi la mitad de la cantidad de gas natural en 2050. El gas satisfará solo el 10 % de la demanda energética de Europa para 2050, en comparación con el 25 % actual.
Los países con rentas bajas, donde el coste es el principal incentivo de la política energética, están experimentando una tendencia diferente. Los altos costes de la energía y los alimentos están revirtiendo el cambio de carbón a gas y suponiendo un impedimento en las inversiones en descarbonización. Por ejemplo, el porcentaje de gas en el mix energético del subcontinente indio se reducirá del 11 al 7 % en los próximos cinco años, mientras que el porcentaje de carbón aumentará.
En términos generales, las presiones inflacionarias suponen un reto a corto plazo para el crecimiento de las renovables. Según el informe de DNV, el «hito» global del vehículo eléctrico (el momento en el que el porcentaje de vehículos eléctricos supere el 50 %) se ha aplazado un año, hasta 2033.
No obstante, el impacto de la actual crisis en la transición energética global se compensa con la caída de los costes de las renovables y el aumento de los costes del carbón a largo plazo.
«La agitación del mercado energético no altera drásticamente la vía de la descarbonización hacia mediados de siglo», indica Remi Eriksen, presidente del grupo y CEO de DNV. «El motor más fuerte de la transición energética mundial es la rápida reducción de costes de la energía solar y eólica, que contrarrestan los impactos actuales a corto plazo en el sistema energético».
Por primera vez, la previsión de DNV pronostica un impulso de las energías no fósiles ligeramente superior al 50 % del mix energético mundial para 2050. Esto se debe principalmente al crecimiento de una producción de electricidad cada vez más ecológica. La producción de electricidad aumentará más del doble y la cuota de electricidad pasará del 19 % al 38 % del mix energético mundial en los próximos 30 años. La fotovoltaica solar y la eólica ya son las formas más baratas de electricidad en la mayoría de casos y para 2050 aumentarán 20 y 10 veces respectivamente y dominarán la producción eléctrica con una cuota del 38 % y el 31 % respectivamente. Se prevé que, en los próximos diez años, el gasto en renovables se duplique a más de 1,4 billones de dólares al año, y el gasto en la red eléctrica supere probablemente el billón de dólares al año en 2030. La nuclear solo conseguirá mantener los niveles de producción actuales debido a sus altos costes y sus largos plazos de entrega, por lo que su cuota en el mix eléctrico se reducirá del 10 % actual al 5 % en 2050.
El aumento a corto plazo del consumo de carbón no impedirá que salga rápidamente del mix energético, que alcanzó su punto más alto en 2014. El petróleo se ha acercado a un estancamiento durante algunos años y empezará a descender drásticamente a partir de 2030. Como consecuencia de la guerra de Ucrania, el consumo de gas mundial será menor de lo que se había previsto. Antes de la guerra, DNV estimaba que el gas natural sería la fuente de energía más grande exclusiva al final de esta década, pero esto se ha aplazado a 2048.
La vía para lograr cero emisiones netas
Junto con la previsión de la «mejor estimación», el informe de este año también incluye el documento Pathway to Net Zero, la ruta de DNV más viable posible para lograr cero emisiones netas para 2050 y limitar el calentamiento mundial a 1,5 °C. A pesar del aviso en la cumbre COP-26 del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, de que la situación es un código rojo para la humanidad, DNV estima que el planeta se encamina a un calentamiento de 2,2 °C para 2100. Para lograr cero emisiones netas para 2050, es necesario reducir un 8 % cada año las emisiones de CO2 mundiales. En 2021, las emisiones aumentaban rápidamente, acercándose a los máximos históricos de antes de la pandemia, y 2022 probablemente solo mostrará una disminución del 1 % en las emisiones mundiales. Esto supone dos años «perdidos» en la lucha contra las emisiones.
Para lograr cero emisiones netas mundialmente para 2050 será necesario que algunas regiones y sectores se encaminen a las cero emisiones netas mucho más rápido. Las regiones de la OCDE deben lograr las cero emisiones netas para 2043 y el neto negativo posteriormente, a través de la captura y eliminación del carbono para lograr emisiones negativas. China tiene que reducir las emisiones a cero para 2050, en lugar del objetivo actual de 2060. Algunos sectores como la producción eléctrica deberán alcanzar las cero emisiones netas antes de 2050, mientras que otros sectores, como el cementero y la aviación, aún tendrán emisiones sobrantes. En nuestra vía hacia las cero emisiones netas, el sector marítimo tiene que reducir las emisiones en un 95 % para 2050.
Según nuestro informe Pathway to Net Zero, no se necesitará nuevo petróleo ni gas en los países de rentas altas después de 2024, y después de 2028 en los países de rentas medias y bajas. Las inversiones en renovables y en la red eléctrica deben crecer mucho más rápido; la inversión en renovables debe triplicarse y la inversión en la red debe aumentar en más de un 50 % los próximos 10 años.
El informe Pathway to Net Zero de DNV exige una intervención normativa mucho mayor de la que observamos hoy en día. Deben desplegarse todos los instrumentos normativos, incluidos impuestos y subvenciones al carbón más altos, órdenes judiciales más firmes, prohibiciones e incentivos económicos para fomentar que las renovables sustituyan los combustibles fósiles, y reglas y normas más inteligentes. «Ahora que se aproxima la cumbre COP-27, es importante que los legisladores reconozcan las grandes oportunidades inherentes a la descarbonización del mix energético ante los costes crecientes del impacto del cambio climático. Existe la tecnología para lograr las cero emisiones netas para 2050, pero para que esto ocurra debemos utilizar el alcance de las herramientas normativas», indica Eriksen.
Acerca de DNV
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